Rabbi Mordejai Kaplan dijo: “la concepción de Dios como el redimidor de los oprimidos ha revolucionado el significado y la función de la religión, y la ha situado al servicio de los impulsos éticos… El pueblo de Israel, habiendo nacido con la redención sobre la esclavitud, siente amor por la libertad y por la dignidad humana, y esto lo tiene muy arraigado en su conciencia”.
“En cada generación, cada individuo judío debe considerarse a sí mismo como si él/ella hubiera salido de Egipto.”
Después de Purim la siguiente festividad en el lúaj es Pésaj. Se celebra en marzo o abril, en la víspera del día 14 del mes de Nisan. Es la más antigua y una de las más celebradas.
Forma parte de las tres fiestas de peregrinaje, Shalosh Regalim, junto con Shavuot (Fiesta de las Semanas) y Sucot (“Tabernáculos” o “Cabañas”). Los judíos venimos celebrando esta fiesta primaveral desde nuestros más tempranos días como tribu. Comenzó como una fiesta tribal y familiar, pasando a ser un evento durante las épocas del Primer y Segundo Templo; después de la destrucción del Segundo, volvió al ámbito familiar.
El principal tema de Pésaj es la libertad y la liberación de la esclavitud en Egipto. Dura siete días para Israel y el judaísmo progresista y ocho días para la galut ortodoxa y conservadora.
Cuando celebramos Pésaj nos estamos comprometiendo a una interminable lucha por la libertad de nosotros mismos, como personas y como pueblo, y contra la opresión hacia todo ser humano. Los párrafos del Éxodo que recitamos, y los símbolos que utilizamos (vino, matzot) son precisamente una leyenda - una leyenda que trae consigo una metodología históricamente probada de inculcar y de enseñar esa búsqueda de la libertad para todos, no solamente judíos. Estas herramientas son el seder y la hagadá, y la figura del magid y de los cuatro niños que se cuestionan ma nishtaná, por qué esta noche es diferente a cualquier otra noche.
En nuestra mesa, vamos a encontrar tres matzot, una encima de otra, cubiertas con una servilleta y una fuente especial de Pesaj: la keará. La keará contiene alimentos simbólicos que representan nuestro viaje espiritual de la esclavitud a la libertad. A la derecha del plato se coloca un hueso de pierna de cordero que simboliza el sacrificio de Pesaj, a su lado se pone el jaroset. A la izquierda se pone un huevo duro y a su lado el karpás. En medio se disponen las hierbas amargas. Nosotros, como judíos progresistas incorporamos una naranja pero se pueden incorporar otros significativos como cacao proveniente de comercio justo. Cerca del plato encontraremos un recipiente con agua salada para sumergir las hierbas amargas.
Es cierto afirmar, que el pueblo hebreo fue el primero que inauguró la idea de prójimo, no como una teoría de letra muerta, sino uniendo la acción a la palabra y brindando su generosa y humanitaria ayuda, inclusive al forastero.
"Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero y lo amarás como a ti mismo, porque extranjero fuisteis en la tierra de Egipto". (Vayikra 19,33-34).
Todo esto que se acaba de mencionar es la muestra más auténtica del sentimiento de Fraternidad universal que embargó a los judíos desde el comienzo de su historia y que llevaron a la práctica en todas las generaciones, ya desde Abraham hasta el presente.
Pesaj es precisamente la circunstancia en la que queda plasmado el símbolo de Libertad, Igualdad y Fraternidad.