El Judaísmo Progresista afirma los principios centrales del judaísmo - Dios, Torá e Israel.
Asimismo afirma que todos los seres humanos son creados a imagen de Dios, y que somos socios de Dios en la mejora del mundo. Tikkun Olam - reparar el mundo - es un sello distintivo del Judaísmo Progresista y trabaja por lograr la paz, la libertad y la justicia para todas las personas. Es esencial el compromiso con los ideales éticos judíos y los valores morales.
La gran contribución del Judaísmo Progresista ha sido permitir al pueblo judío progresar e introducir innovación preservando la tradición, la historia y el legado ético, abrazando la diversidad al tiempo que preserva la colectividad.
El Judaísmo Progresista está comprometido con el principio de inclusión. Integra a judíos por elección y familias mixtas, apoyándoles a comprometerse con el judaísmo. El Judaísmo Reformista considera judíos a los hijos tanto de madre como de padre judíos, siempre que los niños sean criados como tales.
El Judaísmo Progresista está comprometido con la absoluta igualdad de la mujer en todos los aspectos de la vida judía. Fuimos el primer movimiento en ordenar rabinas, formar a mujeres cantoras y elegir a mujeres como presidentas de sus comunidades.
El Judaísmo Progresista está también comprometido con la plena participación de gays y lesbianas en la vida comunitaria.
El Judaísmo Progresista realiza una práctica religiosa significativa, espiritual, basada en la tradición, en el amor por el estudio de por vida, y en la elección informada. Cabe destacar que se pone el acento en el comportamiento ético de las personas por sobre las leyes y costumbres rituales.